Microplásticos: doble peligro

El plástico perjudica el medio ambiente, los seres humanos y los animales, debido a sus componentes. Cuanto más pequeñas son las piezas de plástico, más peligrosas resultan. Especialmente los microplásticos que se utilizan en la cosmética llegan incluso a entrar en la cadena alimentaria. Los efectos que pueden tener en los seres humanos y los animales todavía no están claros.

Con el término "microplástico" se denominan los plásticos menores de 5 milímetros. Una de las principales fuentes de micro-plásticos en el medio ambiente son los productos cosméticos. Algunos se encuentran por ejemplo en forma de gránulos o como aglutinante en mascarillas, peelings, pastas de dientes, geles de ducha o maquillaje. No existe una legislación que obligue etiquetar y registrar esta información, por lo que para los consumidores resulta muy difícil averiguar si un producto contiene estas sustancias o no.

Además del microplástico primario que se usa en la industria cosmética, existe un tipo secundario. Se trata del formado a partir de la descomposición y ruptura de las islas de basura marinas. Las olas y el sol se encargan de destruir las piezas grandes de plástico.

Dejando aparte su formación, no hay otra diferencia entre los dos tipos de microplástico. Ambos tipos permanecen en el mar durante siglos ya que no pueden descomponerse. Por si esto no fuera suficiente además contiene gran cantidad de ftalatos y sustancias suavizantes, hormonalmente activas, tóxicas y cancerígenas. Además actúan como imanes para las toxinas ambientales y atraen otras sustancias. La concentración tóxica de las piezas de plástico es hasta cien veces mayor que en el agua circundante.

Como prácticamente no hay ningún lugar en el mundo donde no haya microplásticos, también acaban en la cadena alimentaria. Las pequeñas criaturas marinas confunden las pequeñas partículas de plástico con comida y se las comen. Sin embargo, las toxinas no se excretan, sino que se acumulan en el tejido adiposo de los animales. A continuación, estos pequeños animales son devorados por otros más grandes, etc. Así es como los microplásticos acaban gradualmente en la comida de las personas. No sólo afectan a los peces. Ahora se han detectado microplásticos en la leche, la miel, la cerveza e incluso en el agua potable, así como en el cuerpo humano, en diversos órganos. Las consecuencias para la salud aún no están claras, pero ya hay numerosos estudios que sugieren lo peor.

Las razones por las que se utiliza este tipo de plástico en los cosméticos son sencillas. Es versátil y barato. Hoy en día ya existen numerosas alternativas biodegradables. Entre ellas están las cáscaras de los frutos secos, así como las semillas de las uvas o sustancias minerales como la sal, la arcilla o la tiza.

El 15 de octubre de 2023 entró en vigor una prohibición en toda la UE (Reglamento (UE) nº 1907/2006) sobre la adición intencionada de partículas microplásticas a todos los productos cosméticos. Esto afecta en primer lugar a los cosméticos con purpurina suelta o productos con las llamadas microperlas. Ya no está permitida su venta. Hay un periodo transitorio para todos los demás productos, durante el cual deben pasar a una producción sin microplásticos.

Si quieres poner tu granito de arena para reducir la contaminación por microplásticos, puedes asegurarte de comprar productos sin estas sustancias cuando compres cosméticos: No está permitido utilizarlas en los cosméticos naturales.
También ayuda si se evitan o se eliminan correctamente los residuos plásticos y, por tanto, se reciclan. Y ahora también hay aplicaciones que proporcionan información fiable no sólo sobre los ingredientes, sino también sobre las micropartículas que pueden contener.