Navidades: ¿Tiempo de reflexión?

Navidades: ¿Tiempo de reflexión?

Las Navidades deberían ser un tiempo de reflexión. Para muchos supone una época especialmente estresante: algo que da qué pensar.

La Navidad nos ofrece cada año la oportunidad de calmarnos y concedernos una pausa. Pero cada vez menos personas tienen ese sentimiento en el acelerado mundo actual. Piensa un poco: ¿Cuándo fue la última vez que te detuviste a admirar un árbol de Navidad en todo su esplendor?

¿Hemos renunciado a tener más tiempo para nada? Vamos a hablar e intentar por qué esto es así hoy en día.

Tiempo de tranquilidad

La verdad es que las Navidades deberían ser un tiempo de descanso, meditación y reflexión. Sin embargo, cada vez menos personas tienen esta sensación. ¿Cuál es el resultado? Ya durante el Adviento muchos no pueden más: pasan por alto todo lo que esta maravillosa época del año tiene que ofrecer. Pero sentirse culpable no es la solución. Nosotros mismos podemos tomar una decisión voluntariamente y salir de la rutina diaria, los nuevos medios y lo cotidiano.

Una imagen más grande

Si retrocedemos un poco, vemos la imagen más claramente. Últimamente crecen el anonimato, el aislamiento y la soledad, especialmente en las ciudades de rápido crecimiento. El sentido de comunidad, la solidaridad y la utilidad se ve más comprometido.

¡Y nos necesitamos unos a otros! Nuestro cerebro es un órgano social, que nos hace cooperar e integrarnos con los demás. La mayoría nos damos cuenta, pero sobre todo cuando llegan los días festivos navideños.

Los medios de comunicación modernos son una pieza más de este puzzle. Son una bendición, pero al mismo tiempo una maldición. Hoy en día podemos ponernos en contacto con amigos y familia en cualquier momento, pero por desgracia también perdemos la capacidad de interactuar con otras personas cara a cara.

Lo que de verdad cuenta

¿Por qué no pruebas estos días festivos a desconectarte un poco de lo electrónico, dejas tu móvil y apagas el wifi? Te proponemos en su lugar hacer algo realmente más importante: pasar tiempo con tus seres queridos y con tu familia, para comer juntos, cantar, reír y hablar: tener una verdadera conversación, no sólo sobre cosas banales. Una conversación profunda es toda una experiencia que, lamentablemente, en nuestros días se tiene en muy pocas ocasiones.

¡Os deseamos unas felices fiestas y esperamos que podáis relajaros y recuperaros del estrés habitual!